La abadía cisterciense de Frontfoide tendría su origen en un primer monasterio que en 1093 se estableció en estas tierras gracias al apoyo del vizconde Aymeric l de Narbona, posiblemente reuniendo algunos establecimientos de carácter eremítico extendidos por este territorio, aquella primera casa sería seguidora de la regla de San Benito.
En 1144 la comunidad de Fontfroide se dirigió a la abadía de Grandseve (Tarn y Garona) con el fin de ponerse bajo las directrices cistercienses, y así se convirtió en 'hija' de aquel monasterio gascón. A su vez, fue a partir de la abadía de Fontfroide que, en 1151, se fundó el monasterio de Poblet, ya en Catalunya. El monasterio se convirtió en un centro fundamental para la lucha contra la doctrina cátara, el papa Inocencio lll designó a dos legados elegidos entre los miembros de esta abadía que se encargaron de defender la ortodoxia católica ante la herejía. Esta posición pionera resultó provechosa para el monasterio, que se benefició de los bienes de los cátaros. El siglo XlV coincidió con una época de pujanza, estuvo dirigido por abades poderosos e influyentes, como Jaques Fournier (abad entre 1311 y 1317) que fue obispo y mas adelante papa, con el nombre de Benedicto Xll (1334-1342).
En 1476, Fontfroide pasó a tener abades comendatarios, que se beneficiaban del cargo y de las rentas, pero no tenían ninguna obligación estricta hacia el monasterio. Esta situación empobreció profundamente a la comunidad, mientras que los abadiatos pasaban a manos de familias poderosas. Debido a esta situación, en 1764 se decretó la extinción del título de abadía, el establecimiento y sus bienes pasaron a estar gobernados por el obispo de Elna. A finales del siglo XVlll aún hicieron obras de mejora. La situación se mantuvo hasta la Revolución y en 1791 se empezó a desmantelar, el lugar pasó a propiedad pública y a manos del hospicio de Narbona, que en 1822 lo vendió a un particular, a partir de ahí empezó la valoración y recuperación de las construcciones.
Entre 1858 y 1901 hubo un intento de recuperación monástica, que no tuvo continuidad. En 1908 volvió a manos de particulares y se promovió su recuperación y restauración. El conjunto arquitectónico es importante y comprende la iglesia conventual, el claustro con sus dependencias anexas y el palacio abacial. La iglesia se empezó a mediados del siglo Xll, es de tres naves con crucero, a la nave del sur se añadieron cinco capillas en el siglo XlV. El claustro se inició en el siglo Xll. Los capiteles están decorados con motivos florales. En la galería de levante se abre una magnífica sala capitular construida entre los siglos Xll y Xlll.
Fuente: Monestirs.cat
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