viernes, 23 de agosto de 2019

Dolmen de Puig Seslloses "Folgueroles" (Osona).



Cronología: De neolítico final a neolítico final (-2500/-2200).

Yacimiento: Sitio de inhumación colectivo dolmen.


El yacimiento está situado junto a la ermita de Sant Jordi, sobre una colina con afloraciones de margas típicas. Se trata de una gran galería catalana cubierta por paredes paralelas y que se cierra hacia la entrada con una longitud total de 9 por 3'5 metros de anchura máxima y una altura de 2'5 metros. Se orienta de norte a sur y está compuesta por ocho grandes losas, tres en el lado oeste y cuatro al este y una gran losa en el sector norte, que cierra los sepulcros por la cabecera, hoy día bastante desplomada. Actualmente no existe ningún resto de la cubierta. Del túmulo no se conserva ninguna parte y seguramente ya habría desaparecido durante la construcción de la iglesia.
Además de eso, ninguna de las excavaciones realizadas ha dado una información amplia y detallada de los materiales arqueológicos que contenía. Los materiales cerámicos mas característicos que se han encontrado corresponden a cinco vasos con decoración de estilo campaniforme pirenaico, fragmentos lisos con formas tendentes a casquetes esféricos, troncocónicos, etc. así como crestas marcadas. En sílex, han aparecido flechas en forma de 'hoja de laurel' y con aletas y péndulo, así como lascas con y sin nombre. Aparecieron también dos pequeños fragmentos de metal. En cuanto a los objetos de adorno, hay que destacar el fragmento de una placa de pizarra con una doble perforación circular y diferentes tipos de cuentas de collar perforadas, en calaita, pecten y en hueso. No se sabe con seguridad la cantidad de enterramientos que contiene el sepulcro, a pesar de que se extrajo gran número de huesos, sobre todo fragmentos de cráneo, huesos largos y piezas dentarias.
Aparte del material típico del momento mas antiguo del sepulcro, aparecieron también cerámicas atribuibles a horizontes del bronce medio y final, romano y medieval, así como monedas de Juan ll, Felipe lV y cerámicas del siglo XVlll.
Aunque todavía quedan en pie las grandes losas laterales y de cabecera, esta última ya algo desplomada hacia el centro del sepulcro, su degradación es constante, tanto debido a la rotura constante y antrópica, como por la erosión interior y exterior que afectan al suelo y hacen rebajar su cimentación.










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