jueves, 19 de diciembre de 2019

Tumbas antropomorfas de Lasieso "Lasieso / Huesca" (Aragón).



Un vestigio funerario 'tipo' que podemos encontrar en la comarca del Serrablo con relativa asiduidad, es el de los enterramientos antropomorfos practicados en la roca. Este tipo de rito funerario apenas facilita el hallazgo de ningún tipo de ajuar, puesto que estas estructuras tienden a ser fácilmente saqueadas.
Este tipo de forma funeraria, que supone colocar directamente al difunto sobre el suelo con losas cuarteadas, encuentra un medio óptimo (flysch) en el Serrablo y, muy especialmente, en la Guarguera, donde la extracción de losas de pizarra es un recurso abundante, aprovechado secularmente.

En un principio, la tesis mas atractiva - por su rigor explicativo - es la que fundamenta el origen de estas tumbas en el movimiento colonizador navarro (Domingo J. Bucsa Conde) durante la primera mitad del siglo X.
En lo básico se trata de relacionar -aquellas tumbas- con las rutas de conquista emprendidas por el ejército pamplonés, seguida de una supuesta inmigración de gentes procedentes de aquel reino.
Hay noticias documentales por las que se sitúa a García Sánchez l, rey de Pamplona, según un informe de Raba de 969, ejerciendo su señorío "desde Pamplona hasta el valle de Boltaña". De aquí se desprenden varias incógnitas, una primera, cuál sería el momento exacto en que se produce el avance pamplonés sobre el valle -Durán Gudiol se inclinó por situar entre 943 y 948 la entrada de los navarros en el Sobrarbe-, y en segundo lugar, cuál habría de ser la ruta mas apropiada que debieron de seguir los nuevos señores.
Sin duda, entre los dos caminos posibles, el que atraviesa la tierra de Biescas y el que sigue el curso del Guarga, merece mas la atención esta última posibilidad, por cuanto supone un paso menos elevado en altura y ha de ser mas directo a asequible.
En este sentido, Lasieso hubiera constituido el primer supuesto repoblador, en un intento por ir afianzando la frontera; dentro de un territorio escasamente poblado y cuya dependencia variaba entre los poderes cristianos del norte y el waliato de Huesca. Sería allí donde se estableció una pequeña comunidad de navarros, probablemente con unas rudimentarias construcciones, en paja y barro, y levantando una reducida iglesia que constaría de su propia necrópolis.

En la actualidad, el conjunto se encuentra relativamente bien conservado, pudiendo ser contabilizadas un total de 19 tumbas, entre niños y adultos, orientadas canónicamente hacia poniente, a la espera del "Final de los Tiempos", cuando con el Juicio Final los difuntos se incorporarán mirando directamente hacia el este, lugar por donde habrá de venir Jesucristo.




















Fuente: La campana de Uesca.

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