Estilo: románico.
Se trata de un espacio fortificado del siglo Xl. Es uno de los mejores ejemplos de arquitectura no estrictamente religiosa, sino de tipo residencial, más importantes de época alto-medieval conservados en Catalunya, obra de Arnau Mir de Tost.
El Castillo de Llordà disponía de tres recintos. El recinto exterior, hoy prácticamente desaparecido, cerraba el cerro en su totalidad, en él quedaban incluidos la iglesia Sant Sadurní y varias viviendas.
El castillo se levanta en la cima de la colina. El segundo recinto separaba el área pública de la militar, éste tiene una planta triangular y por el sector accesible presenta una fachada flanqueada por imponentes torres cuadradas que velan por el acceso al castillo soberano. Actualmente sólo se conserva una de las torres. La entrada se situaba en el centro del muro, para garantizar la defensa del acceso.
En el interior se abre un amplio patio de armas con dependencias militares anexadas al muro que se adosa a la torre cuadrada. Allí se levanta un poderoso edificio señorial de planta rectangular, estructurado en dos plantas, extremadamente singular en la época. Este edificio, con aires de palacio sólo comparable al que tenía el conde de Barcelona. La planta baja está formada por una gran sala rectangular cubierta con bóveda de cañón. Este espacio era garantía de una gran flexibilidad de uso. La puerta superior, con acceso por el patio, tiene una gran sala señorial que abre cuatro grandes ventanas germinadas a los dominios del castillo, un segundo nivel de ventanas y un elevado techo, dan a la sala un aire religioso.
Historia:
La importancia de este castillo a lo largo de los siglos es constante. Fue dado por los Condes de Urgell Ermengol ll y su mujer Constanza, a Arnau Mir de Tost. Este fue el encargado de la conquista y repoblación del Pallars Jussà a los sarracenos, y estableció aquí el centro neurálgico de sus dominios. Arnau Mir de Tost lo hizo levantar como un castillo capaz de hospedar una guarnición importante, así como una población civil, en parte dependiente y ligada con la militar.
Fue abandonado por completo a raíz de las desamortizaciones del siglo XlX, y a lo largo de los últimos doscientos años fue cayendo hasta convertirse en un esqueleto del castillo. Declarado monumento histórico artístico en 1980, no fue hasta 1997 cuando comenzaron las excavaciones arqueológicas y su restauración que continúa hoy actualmente.
Fuente: pallarsjussa.net
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