La iglesia de los santos Justo y Pastor es un claro ejemplo de construcción propia del movimiento eremítico del medievo. Se encuentra excavada en un promontorio de naturaleza arenisca, orientando su lado vertical a poniente. Es tal la magnitud de la obra que es considerada por algunos autores como "la Catedral de la Piedra" e incluso como "la basílica del eretismo rupestre". Contigua a la iglesia se encuentra una necrópolis rupestre con sepulturas antropomórficas, así como otros habitáculos también excavados en la roca con un claro carácter sagrado en su origen. Es bien de interés cultural desde el 16 de junio de 2011, delimitando su entorno de protección ya que el monumento se encuentra aislado y alejado del núcleo urbano.
El templo inicia su excavación en el siglo X, pero es el siglo Xll el que deja su huella románica sobre su piedra. Presenta una orientación norte-sur un tanto atípica, consecuencia de la propia disposición de la lancha de piedra en la que está excavado. Una rampa de reciente construcción conduce directamente al atrio de la iglesia desde el que se accede al pórtico que sustenta columnas toscanas en los vértices rematadas en capiteles donde se apoyan las vigas de madera que componen la cubierta. La luz entra en el interior del templo gracias a los vanos abiertos en la parte frontal. Los canteros excavaron dos naves con sus correspondientes capillas absidiales, la de la derecha se utiliza como sacristía. En 1931 se descubre otra capilla, en total penumbra y aunque de una iglesia rupestre se trate, no faltan elementos habituales de los grandes templos, entre ellos, el coro, sostenido por una pilastra única.
La decoración es muy escasa, tan sólo en el coro se ven capiteles. Aun así, podemos contemplar el retablo mayor plateresco, de mediados del siglo XVl, donde se entronizan las imágenes de los dos santos niños mártires alcalaínos (Santos Justo y Pastor) titulares de la iglesia y patronos del pueblo. Destacan también la talla de Cristo Crucificado del siglo XVll y otra del siglo XVl con escultura del Padre Eterno encajada en una hornacina de arco formero. Un ara romana recientemente aparecida en una casa del pueblo de los siglos ll y lll de nuestra era, se une al conjunto sin ningún desdén, ofreciendo al visitante un elenco de recursos patrimoniales que no dejarán indiferente.
Fuente: Palencia turismo
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