La fuente Buena, como se conoce popularmente, conforma un insólito conjunto fontanar: fuente, lavadero e incluso un pequeño acueducto de agua, atribuido a la etapa romana.
A este lugar acudían las mujeres del pueblo después de duras jornadas en el salero o en el campo. Llegaban con grandes cestos de ropa sucia, y a la antigua usanza la lavaban, para después extenderla en la hierba para orearla al sol.
De la historia mas reciente, la tradición popular recuerda que a principios del siglo XX era el sereno el encargado de la limpieza de las pilas y que era los lunes el día de mas afluencia, llegando a reunirse unas cien lavanderas. Y era costumbre entre ellas madrugar para colocar el rodillo.
En los años 60 y principios de los 70 era todavía común el uso de los lavaderos, siendo uno de los lugares mas animados del pueblo, donde además podían conocerse, de "buena fuente", las últimas novedades ocurridas en la villa salinera.
Aquí se encuentra lo que fue un abrevadero, que calmaba la sed de las caballerías y en este mismo emplazamiento donde se llegaron a encontrar hasta tres tenerías, donde se curtían pieles, tan necesario en tiempos pasados.
Fuente: Cartel informativo.
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